Zaqueo era jefe de los publicanos y rico; corrupto, trabajaba para los extranjeros para los romanos, traicionaba su patria: Buscaba el dinero en la aduana y daba una parte el enemigo de la patria: en lugar de servir al pueblo, lo explotaran para servirse a sí mismos. Zaqueo sintió algo dentro: a este hombre capaz de curar, este profeta que dicen que habla también, yo quisiera verlo, por curiosidad. Del Espíritu Santo es astuto y sembró la semilla de la curiosidad. Luego sucedió lo que sucedió: la Palabra de Dios entro en ese corazón y con la palabra, la alegría (18-11-2014).