RINCÓN DE LA PALABRA, DOMINGO 4 DE ABRIL, RESURRECCIÓN, PASCUA
– El evangelio de hoy es el más importante del año. Por fin llegamos al sentido último de todas las enseñanzas de Jesús. Desde el momento de su nacimiento en Belén hasta que muere en el monte Gólgota en Jerusalén, todo, es una preparación para este acontecimiento que se celebra con júbilo en todo el mundo.
-La Pascua es símbolo de alegría, del triunfo de la luz y de la vida sobre la muerte y las tinieblas. Pero ¿qué podemos aprender de todo ello? ¿Todavía tiene sentido hablar de este acontecimiento en un mundo dominado por el poder del dinero y la tecnología? ¿Cabe hablar de esperanza a pesar de todo lo que vemos a diario?
-La Resurrección nos recuerda varias cosas que debemos tener muy en cuenta:
-La primera, la muerte no tiene la última palabra, la VIDA VENCE A LA MUERTE. Pero sólo es posible cuando se da una vida llena de amor y servicio a los demás.
-La segunda, la resurrección es la invitación al cambio, a la transformación personal. No podemos ser y conformarnos con lo que somos. Tenemos que ir cambiando para dar respuestas a todas nuestras inquietudes y circunstancias que nos van surgiendo en la vida.
-La tercera, el poder de la esperanza. En un mundo donde parece que todo esté inventado, que nada valga ya la pena, Jesús resucita, y nos dice, que resucitemos también nosotros, que demos luz, que hagamos nacer proyectos e ideas nuevas, que ayudemos a nacer a otras personas, a encontrar sus caminos en medio de las dificultades. La RESURRECCIÓN no puede entender sin servicio y humildad.
-Que la PASCUA nos sirva para vivir desde la luz, que apartemos las tinieblas de nuestras vidas y que sepamos vivir desde la alegría y la esperanza de sentirnos vivos y con el convencimiento de que la muerte no tiene la última palabra.
FELIZ PASCUA DE LA RESURRECCIÓN
