Cada curso es diferente. Comienza con la mochila cargada de ilusiones, de responsabilidades, con ganas de conocer a personas nuevas y de adentrarse en la realidad de materias que no conocemos. Sin embargo, este curso es algo más, su inicio es único porque hemos vivido una circunstancia especial, algo que nos hizo experimentar un imposible, que el curso se interrumpiera presencialmente en marzo. Fuimos testigos de sufrimientos a la vez que de muestras de solidaridad y amor. El mundo ha cambiado y es ahora, más que nunca, que, como colegio, como comunidad educativa, tenemos que dar un paso al frente aportando nuestro granito de arena en la marcha de esta nueva circunstancia. Por ello, el lema de este año quiere centrarse en la necesidad de volver a construir toda nuestra vida a partir de nuestro corazón, a partir del amor, de la solidaridad y de la ayuda mutua. Parte de un principio claro: sin corazón el mundo se destruye. De ahí que el lema de este curso 2020/2021 sea:
RECONSTRUIMOS NUESTROS CORAZONES.
No es tarea fácil. Tenemos que levantarnos, tenemos que transmitir esperanza y, sobre todo, ser testigos y testimonios de alegría, porque cuando se pone el corazón en todos y cada uno de los momentos de la vida, todo, de repente, cambia y se transforma. Sólo así el mundo puede cambiar porque tú, tú y tú, has cambiado. El corazón es el motor que transforma nuestra vida. En el Patronato de la Juventud Obrera (PJO) Sagrada Familia tenemos un ejemplo directo: nuestro fundador Gregorio Gea. Para que la escuela cumpla su función social tiene que partir de una necesidad, de una realidad que en ocasiones genera conflicto, dolor y sufrimiento, y que queremos afrontar, plantarle cara. Gea ya se adelantó a nosotros y reconstruyó toda su vida porque sintió la necesidad de luchar contra la pobreza y la situación de exclusión de los hijos e hijas de los obreros y su falta de oportunidades. Se puso, ante esta situación, manos a la obra y creó el Patronato de la Juventud Obrera. Nuestro colegio es fruto del amor infinito que Gea sintió frente a las personas vulnerables de su tiempo.
Nosotros, desde infantil, primaria, secundaria, bachillerato, ciclos, personal no docente, profesorado y familias, desde el último al primero tenemos que trabajar en los próximos meses en mejorar la vida de las personas que nos rodean, desde mi compañero/a de clase, hasta las personas de mi vecindario pasando por mi familia. Vamos a ponerle corazón a la vida, cuando se consigue, se reinventa todo lo demás y somos capaces de encontrar los caminos para ayudar y solucionar los problemas. Sin los demás no crecemos, nos quedamos solos y no evolucionamos. Por ello, este curso:
RECONSTRUIMOS NUESTROS CORAZONES.
Pensemos por un momento, pensad en lo que hacía Jesús de Nazareth, nuestro verdadero modelo de vida, cómo se acercaba a las personas de cualquier condición. Vivía integrando. Su tiempo, y el nuestro también, estaba cargado de exclusiones y sufrimientos. Jesús y las primeras comunidades cristianas que conformaron la primera Iglesia de la historia, se encargaron de dar voz y presencia a esas personas que de forma injusta eran separadas y señaladas. El Papa Francisco nos explica cómo era el trato de Jesús con los demás, porque Él también pensaba que con los demás se podían cambiar las cosas, construir un nuevo mundo, pero sólo desde el amor y la necesidad de servir al que tengo al lado. Jesús nos enseña que la otra persona es fundamental, que tenemos que cuidar y respetar de forma absoluta. Sólo hay posibilidad de reconstruir y cambiar cuando se da la presencia de la otra persona, ya que es el termómetro que mide nuestro amor al mundo.
Reconstruimos nuestros corazones, reconstruye tu corazón . Piénsalo, párate, y recuerda lo que eres gracias a las demás personas que conforman tu vida: tu familia, tus amistades, tus profesores, tu colegio… Ha llegado el momento con el inicio del curso de liderar una nueva reconstrucción de cuanto nos rodea, de nuestros sentimientos, de nuestras prioridades y de aquello a lo que queremos dedicar tiempo. Sabemos que desde esta lógica estamos más cerca de la felicidad, de la madurez. Si aportamos nuestro granito de arena estaremos más cerca de la paz y del amor fraterno y universal. ¿Te atreves a reconstruir tu corazón y a poner de tu parte en este proyecto en el colegio? Recuerda y no lo olvides…
RECONSTRUIMOS NUESTROS CORAZONES