Jesús dice: “No es Voluntad de Nuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños” (Mateo 18,12-14). Cada uno de nosotros es muy, muy importante para el Señor, quién os hace camino adelante dándonos la esperanza. Pensemos en la ternura que tuvo con los apóstoles, con la Magdalena, con los de Emaús. Y es siempre así. También con nosotros. Sin embargo, debemos pedir al Señor la gracia de no tener miedo a su consolidación, de estar abiertos, pedirla, buscarla: es un consuelo que nos dará esperanza y nos hará sentir la ternura de Dios Padre (10-12-2013).
