Juan termina su vida bajo la autoridad de un rey mediocre, ebrio y corrupto. Así termina un grande, el hombre más grande nacido de mujer. Cuando leo este pasaje, me conmuevo. Pienso en nuestros mártires de nuestros días, esos hombres, mujeres y niños que son perseguidos, odiados, expulsados de sus casas, torturados, masacrados. Terminan su vida bajo la autoridad corrupta de gente que odia a Jesucristo. También nosotros, queriéndolo o no, vamos por el camino del abajamiento existencia de la vida. (6-2-2015).